“La liquidez de la economía global incluye al crimen organizado”: entrevista a Sergio González Rodríguez

por Pablo E. Chacón


El libro, publicado por la editorial Anagrama, ganó el premio homónimo al mejor ensayo el año pasado. Su autor no duda de la responsabilidad mayúscula de los Estados Unidos en este proceso. González Rodríguez nació en la Ciudad de México en 1950. Publicó, entre otros libros, Huesos en el desierto y El hombre sin cabeza. Escribe en diversos medios, el diario Reforma y la revista digital Frontera D, los más importantes.

¿Cómo se articula Campo de guerra con tus dos libros anteriores?

GR: Mi libro más reciente culmina una trilogía sobre los fenómenos extremos en las sociedades actuales a partir del caso mexicano, y ha implicado el estudio de los asesinatos sistemáticos/sistémicos de mujeres en la frontera de México y los Estados Unidos (Huesos en el desierto, 2002), los usos rituales de la violencia y las decapitaciones por parte del crimen organizado (El hombre sin cabeza, 2009) y, por último, el teatro de operaciones bélicas en tanto programa de gobierno global por parte de los Estados Unidos y sus aliados bajo el pretexto del combate al terrorismo y al narcotráfico (Campo de guerra, 2014). Mi perspectiva busca ser interdisciplinaria (periodismo, comunicación, historia, cultura, política, derecho) y explicar, por ejemplo, los fenómenos del crimen organizado en su dimensión geopolítica: en la trama del poder económico y político de alcance internacional.

Si hay un eje común pareciera ser la impunidad y de ahí, la violencia desenfrenada. ¿Qué condiciones facilitaron el paso de una economía de renta a una economía criminal (no sólo en tu país)?

Tanto la impunidad como la violencia sin freno son efectos de causas profundas. En el caso de la impunidad está la existencia del Estado a-legal, el cual funciona por su disfunción integral, donde lo legal y lo ilegal se entremezclan bajo la apariencia de una formalidad legal. Por su parte, la violencia desenfrenada es resultado de la incapacidad del Estado para combatir en forma eficaz y eficiente los ataques al orden constituido, el crimen organizado y el delito común, al mismo tiempo que se simula un combate auténtico en una disparidad entre los dichos y los hechos. El auge del ultra capitalismo llevó a romper los límites y a flexibilizar las reglas en nombre de la máxima ganancia. En el fondo se impuso una lógica militar en los procesos económicos y políticos con el respaldo de la ontología de la guerra y la violencia que arrastra la cultura moderna en Occidente. La búsqueda la explotación y la rentabilidad que carece de frenos, y en cuyo centro está la biopolítica y el saqueo de la naturaleza y sus recursos.

Campo... es un libro que incluye otras dimensiones. Digamos, un tratamiento biopolítico de la política criminal. ¿Esto es así? En ese caso, ¿podrías ampliarlo?

Campo de guerra, como antesThe Femicide Machine (2012) se aproxima al examen de los nexos entre la biopolítica, la guerra y sus resultados, experimentales o convencionales, en las sociedades contemporáneas. En el mundo, la política criminal propende al endurecimiento del Estado y al auge de teorías como el Derecho del Enemigo (que consiste en imponer la existencia de dos sistemas, uno para los ciudadanos, otro para la delincuencia organizada, que como ha descrito Luigi Ferrajoli, pretende la existencia de un Derecho aparte del Derecho), o la generalización del Estado terrorista como forma de dominio global, aunado al uso ubicuo del modelo de control y vigilancia mediante las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, el espionaje absoluto de todas las comunicaciones, que convierten al ciudadano en una víctima de poderes salvajes.

Seguramente has leído el trabajo de Roberto Saviano. Una de sus tesis es que la liquidez del sistema financiero global no sería tal si no estuviera infiltrado por el dinero de la droga y la corrupción endémica. ¿Qué pensás al respecto?

Conozco y admiro el trabajo de Saviano y, desde luego, estoy de acuerdo con él cuando apunta que la liquidez de la economía global incluye al crimen organizado, sin cuyo concurso carecería del crecimiento que dicha economía ha logrado. Por ejemplo, la explotación de niños, menores y mujeres para usos sexuales es una de las industrias más redituables del mundo. Asimismo, la prohibición del consumo de drogas como la marihuana, la cocaína, la heroína u otras permite el gran negocio de su ilegalidad, que ocasiona enormes ganancias y favorece también la industria del combate a las drogas, cuyo fundamento consiste en la máquina de guerra. Todo eso se realiza para salvaguardar, nos dicen, la salud social.

¿Ubicás a la Argentina en ese campo de guerra, de tensiones? ¿De qué manera?

GR : Argentina forma parte del campo de guerra global, dirigido por los Estados Unidos, ya que como Estado-nación con sus fuerzas armadas está adherida al US Southern Command, cuya sede se ubica en Miami, Florida. Los objetivos del Plan Estratégico de dicho comando involucra asuntos de energía, recursos naturales y seguridad hemisférica. Bajo el pretexto de la amistad y la prosperidad con Argentina, este país se obliga a colaborar con los Estados Unidos para garantizar las directrices de seguridad nacional (de los Estados Unidos), entre ellas, el combate al terrorismo y al narcotráfico, que desde la doctrina militar estadounidense, son la misma cosa. La misión es realizar operaciones militares y promover la cooperación de seguridad para lograr los objetivos estratégicos de los Estados Unidos.

Finalmente, quería conocer tu opinión sobre los últimos acontecimientos, en Ucrania y en Gaza.

Los Estados Unidos dejaron de ser el policía del mundo, pero han logrado imponer un modelo: que todos los Estados-nación del planeta sean gendarmes del mundo bajo su dirección. El interés geopolítico de los Estados Unidos en Ucrania tiene que ver con impedir un fortalecimiento de Rusia que le permita recomponer su fuerza regional e internacional, mientras Rusia hace todo lo posible para reafirmarse. El asunto es más complejo que la idea de una pugna por libertades entre una Ucrania sojuzgada y su anhelo de soberanía contra el poder ruso, como repite la propaganda del gobierno de Obama. En el centro de todo, está la vigencia de la lógica bélica que mueve a los tres protagonistas implicados: Estados Unidos, Rusia y Ucrania, mientras la   Unión Europea trata de equilibrar la situación con un discurso menos agresivo. En Medio Oriente, el belicismo de Israel persiste y persistirá mientras el gobierno estadounidense lo permita. La contraparte en la misma lógica es Hamás y sus proveedores de armas (Siria, Irán, Corea del Norte). La pugna allá es tan ancestral que sólo puede evocarse lo que Sun Tzu decía del terreno de disputa o clave (como la franja de Gaza): puede resultar tan ventajoso para ti o para el enemigo. Es un punto de equilibrio en la guerra que produce más guerra. El trasfondo clave está en quienes patrocinan dicha guerra.