En pocas palabras

(para un país sin lenguaje político)
Por Rosa Lugano

Cuando dicen Pueblo, hay que ser capaz de oír “comando exitoso de las relaciones de producción”.

Cuando dicen Nación, hay que ser capaz de oír “espacio para el despliegue de ese comando”.

Cuando se dice que hay Corrupción, hay que ser capaz de oír “modelo de acumulación política”.

Cuando se dice Corporación, hay que ser capaz de oír “grupo de poder que no pertenece al armado propio”.

Cuando se dice Yegua, hay que ser capaz de oír “odio oligárquico”.

Cuando se dice Inclusión, hay que ser capaz de oír “revolución pasiva” (Gramsci dixit).

Cuando se dice Democracia, hay que ser capaz de leer “subordinación activa”.

Cuando se dice Peronismo, hay que ser capaz de oír “síntesis de pueblo y capital (nacional)”

Cuando se dice Antiperonismo, hay que ser capaz de oír “síntesis de ciudadanos y capital (global)”

Cuando se dice Crecimiento de la Economía, hay que ser capaz de oír “crecimiento del capitalismo”.

Cuando se dice Capitalismo en serio, hay que ser capaz de oír “capitalismo en serio” (es decir, Mundo-Bric).

Cuando se dice Soberanía, hay que ser capaz de oír “teología política”.

Cuando se dice República, hay que ser capaz de oír “propiedad privada”.

Cuando se dice Modelo, hay que ser capaz de oír post-neoliberalismo (no superación, sino continuidad con modificaciones).

Cuando se dice Neodesarrollismo, hay que ser capaz de oír “neoextractivismo”.

Cuando se dice que Vuelta del Trabajo y la Dignidad, hay que ser capaz de oír que “vuelta del consumismo” (aumento de la circulación del dinero sin correlatos de lazo social).

Cuando se dice Intervención del estado, hay que ser capaz de oír “esfuerzos por sostener el embrujo del mercado”.

Cuando se dice Que la crisis la paguen los ricos, hay que ser capaz de oír la “ineficacia de toda izquierda abstracta”.

Cuando se dice Aquí hay una dictadura chavista, hay que ser capaz de oír “acá hay un nabo que no entiende donde está parado”.

Cuando se dice Militancia juvenil, hay que ser capaz de oír “clase media que gestiona estéticas e ideologías”.