PAPANATOLOGÍA


Lo celestial no es terrenal;
Lo papal no es presidencial;
Lo teológico no es ideológico;
Lo humano no es divinidad.
La militancia no es pastoral y
evangelizar no es peronizar
ni desperonizar.



Tampoco “kirchnerizar”ni “cristinizar”
porque para eso está La Cámpora
que está en todas partes.
El Papa es el Papa.
Un Gobierno es un Gobierno.
El pueblo
es el pueblo. Y Dios es Dios.
Los pobres tienen dueños
y por eso son pobres. Y los ricos
son ricos en cualquier religión.
Los mercaderes del templo
siempre vuelven.
Y la Fe a veces es adúltera
y ocupa el corazón de genocidas.
Hoy los papanatas pasan por doquier.
Sean papanatas devotos, ateos o agnósticos.
Los hay en la tierra como en el cielo.

Y hasta uno mismo 
puede esconder alguno sin saberlo.
Hay otros que sí lo saben: son los papanatas
que sienten salirse lágrimas
de los ojos que en lugar de saladas
son papales y dulces, pero falsas.
La “papanatalogía” es una enfermedad
de los papanatas que se meten con la teología.

Y la de los papanatas que se inventan un Papa
a imagen y semejanza
sin mirarse en el espejo,
y le causan un inmerecido castigo.
Pero no esperen que un jesuíta perspicaz y sagaz
les haga caso. El invento no les va a resultar.
Francisco es Francisco.
Y ya elaborará él una receta eficaz contra la “papanatalogía” que cunde.
Un buen papado la cura.
Mejor un Papa argentino que uno británico
y uno jesuita que uno del Opus Dei.
Y mejor que mejor es que Francisco
haya sido elegido por el pueblo de Dios.
Porque así no necesita intervenir
en ninguna otra elección terrena.
Amén
                   Orlando Barone